sábado, 17 de marzo de 2012

El adiós

Bruscamente el sentimiento murió, la decisión está tomada, y vaya que fue la mejor elección pues es mejor para los dos proseguir con lo nuestro. Claramente no era como pensábamos, no éramos la pareja perfecta como alguna vez solíamos pensar. Es un definitivo adiós, que se predecía un final antes incluso del comienzo, mas sin embargo, nos arriesgamos a intentar. Ese último suspiro de esperanza fue en vano, se creía simplemente como una pausa, se aclaró con el tiempo. El tiempo fue un componente vital en el análisis de la situación; la razón, el elector del inmaculado forje de un nuevo futuro; los sentimientos, solo el obstáculo a vencer.

Quisiera poder decir todo lo que siento, todo lo que amo y todo lo que odio, pero no hay razón justificable para darle vuelta al meollo del asunto si la causa ya la sabemos y la consecuencia ya la experimentamos. El ciclo en donde muere un sentimiento para dar libertad a otro. Entonces todo queda para bien, en paz.

La vida sigue y no hay vuelta atrás

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